¡Ay dios, dios, ya no existes!
Y diez años más pasaron antes de empezar,
el cortijillo se esfumó con su alameda
y el almendro se marchitó
antes de empezarlo a sembrar…
Ya no habrá sombra donde escribir
ni estrellas ni luna llena detrás del cristal,
sueños e ilusiones se ahogaron
en el agua azulada bajo el tobogán,
quedando lejos el paraíso de ensueño…
Los espejos se hicieron añicos
sin que dos cuerpos plenos en deseos
se llegasen a reflejar,
rasgaron cojines… ornatos…
y un alma sangrando que Errante,
sin Ser, con sus canciones y poemas va…
Derechos de Autor Copyraight 2006
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